En medio de la suave brisa que peina tu pelo, que mece tus cabellos, que mueve tu chaqueta, y te hace soñar.
Caminando con dulces pasos y mirada perdida, despacio, no hay prisa; el tiempo, aunque no se detenga, se ralentiza y espera hasta tu llegada.
Las calles vacías, ni un solo coche, tan sólo una hoja de papel que revolotea en el suelo.
Tus pies avanzan, tu simplemente te dejas llevar por una sensación de ligereza que hace que parezca sobrevuelas el asfalto.
Tonos tenues, caída de sol, o tal vez, salida, qué más da, el efecto es similar, aunque distinto...
Y un suspiro, contenido en el tiempo, inconsciente, aunque olvidado ya en la memoria, se escapa de entre los labios.
Y de nuevo, los pies avanzan, las piernsa se mueven, y tu sigues avanzando, y el tiempo contigo, de nuevo.