El anhelo es aquello que esperamos, que ciertamente a veces sabemos que puede que no llegue. Otras veces el anhelo, convertido en recuerdo, se tranforma en realidad, y se piensa que el mundo de los sueños se ha transformado en cotidianeidad.
Es como algo que parece volar a nuestro alrededor, y que un día puede que llegue depositado a unas manos que juntas esperan su llegada para darle un gran recibimiento.
Otras veces, las manos quedan vacías, aunque se tienen la una a la otra. Y otras, esas manos ayudan a que el anhelo baje y las haga compañía.
Pienso que los anhelos pueden dejar de ser eso, la impaciencia de un sueño, que puede convertirse en posibilidad, incluso en realidad.
Anhelos que terminan en sonrisa, o en lágrimas. Para pasar más tarde al siguiente.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
A ver cuando actualizas con algo sobre... pimientos rellenos o similar, que está este blog de un metaafísico... bueno, los anhelos son necesarios, dan fuerzas para seguir y objetivos que alcanzar, aunque a veces cueste esperar (como dijo tu padre en otro contexto: "es que Gloria lo quiere ya"). Muy bonito el post y muy bien "escribido".
ResponderEliminar¡¡Un besito!! (ahora yo :-D)
Me gusta mucho la frase "La esperanza es el sueño del hombre despierto" :-)
ResponderEliminarTiene razón el señor d point estás muy metafísica...mmm...¿tendrá algo que ver con alguna planta especial que puedas tener? :-P
Espero que no...¿anhelos? eheheheh
¡Un besito guapa! ¡Sigue así!